La última vuelta, el verano del 2004

La última vuelta, el verano del 2004
PUENTEFUENTE  JUNIO DE 2005

Queridos Remedios y Amadeo:



    Ya estoy en mi tierra.
     Era Antoni Tàpies quien dijo que cuando estuvo temporalmente en París mandaba unas cartas a su entonces novia, la mujer desde siempre hasta siempre, y le suplicaba que le mandara el aire catalán.  Con esta anécdota, recuerdo otro episodio sobre el aire.  Marcel Duchamp llevó a los Estados Unidos como obsequio posterior en una obra de arte ready made.  Duchamp pidió al farmacéutico que rompiera el sello de una ampolla campaniforme bastante grande, dejara que perdiera el líquido y la sellara de nuevo * y lo denominó El aire de París.  Aunque en este caso no fuera por nostalgia, como el catalán.  Como en otras cosas de Duchamp, nadie lo podrá saber.
* Duchamp,  Calvin Tomkins

     Disfruto mucho de estar en mi país, sobre todo por el aire.  Estoy contenta sólo con estar sentada sobre el tatami contemplando vagamente el cielo. Aunque es cierto que lo paso muy bien en España, cuando estoy en Japón me siento mucho más relajada.

     Como podreis imaginar Japón ha cambiado mucho durante los cinco años en que he estado ausente.  Japón cambia tan rápido que incluso en un año la ausencia se nota mucho.  Hace algunos años, volvía a Japón después de cursar un año de estudios en España. Iba a comprar el billete de tren de bala (Shin-kansen).  Sólo encontraba los taquilleros automáticos.  Bueno, no era exacto, luego me di cuenta de que había en otro punto una taquilla convencional donde se atiende personalmente para la venta y reserva de billetes.  Pero alrededor de las máquinas no había personal de la estación.  Es que los japoneses no se saludan ni preguntan a los desconocidos en la calle o en los lugares públicos, aunque se hayan perdido.  Por saber esta costumbre me costó un poco averiguar como comprar los billetes.  No fue por tener dificultad en manejar las máquinas, fue más bien que yo no fío tanto de las máquinas. Eché de menos a los señores de las taquillas españolas, a quienes les pregunto con mi castellano extranjero y me contestan  amablemente.

     Pero cuando llegué al aeropuerto de Barajas, me di cuenta de que con el paso de los cinco años se cambia no sólo en Japón, sino en mi querida ciudad también.  Escuché las noticias sobre las obras de ampliación de Barajas y la nueva línea del metro para facilitar a los viajeros la comunicación directa con el aeropuerto. 

     Después de 15 horas de vuelo, con escala en Londres, llegué al aeropuerto de Tokyo-Narita que también se ha ampliado considerablemente.  No reconocía nada salvo la muchedumbre en el control de entrada al país.  Había como mínimo 30 largas colas para mostrar el pasaporte, sólo para japoneses.  Al otro lado había unas ventanillas sólo para extranjeros.

     Como siempre mi querido hermano y su esposa vinieron a buscarme al aeropuerto.  Acostumbrados a las distancias entre los aeropuertos europeos y el centro de la ciudad, que oscila entre los 15 y los 20 km., os dará miedo lo que voy a contar.  Y es que la distancia entre el centro de la ciudad de Tokyo propiamente dicho, Nihon-Bashi (el puente de Japón) y el aeropuerto de Tokyo-Narita es de 65 kilómetros!.  Creo que en ningún país del mundo hay tanta distancia entre el aeropuerto y el centro de la ciudad.  Con esta situación, hay que salir de casa 5 horas antes de la salida del vuelo.  Lo que actualmente se llama Tokyo es en realidad un área metropolitana con cuatro prefecturas: Tokyo (unos doce millones de habitantes), Chiba (6 millones de hab.), Saitama (7 millones) y Kanagawa (8,5 millones).  El aeropuerto de Tokyo-Narita pertenece en realidad a la ciudad de Narita, en la prefectura de Chiba.

     Mi hermano vive en el distrito de Nakano, en la prefectura de Tokyo.  Desde su casa se ven los rascacielos de Shinjuku.  Han construido nuevos rascacielos, incluido el nuevo edificio sede del gobierno local de Tokyo (Tochou).  Este barrio de Nakano es colindante con los distritos de Shinjuku y Shibuya.  Están bien comunicados y se puede pasear fácilmente hacia Shinjuku o al parque de Yoyogi.
     Comparados con los de Tokyo, son mucho mejor los transportes madrileños por su comodidad y facilidad de acceso, además de la posibilidad de combinar metro y autobús.  Por otra parte hay facilidades para los ancianos, los minusválidos y los padres que llevan cochecitos y que pueden elegir el medio de transporte según les convenga.  En cambio Tokyo  es demasiado grande  y el transporte es muy complicado.  No es frecuente ver ascensores ni escaleras mecánicas en las estaciones salvo las que comunican con el aeropuerto o las estaciones a donde llegan y de donde salen trenes de largo recorrido.

     Este verano está siendo muy caluroso.  Me parece que se ha batido el record de temperaturas, llegando a los 40 grados centígrados.  Es igual que Madrid, pero el grado de humedad llega al 80% incluso al 90.  En Madrid sólo llegamos a 20.  Desde la casa de mi hermano hay que andar 10 minutos para coger el metro mas cercano.  Con este calor, cogi un taxi para la estacion.  El interior de los taxis es impecablemente limpio.  Las fundas blancas de los asientos tienen bordados y por supuesto todos cuentan con aire acondicionado.  Como curiosidad os diré que las puertas de los taxis japoneses se abren y cierran automáticamente con un mando del conductor.  El marido de una amiga mía, un hombre de negocios que se mueve por las grandes ciudades europeas y estadounidenses me contó un día que nunca ha visto un taxi que cierre y abra automáticamente las puertas fuera del Japón.

     Como sabeis, no he tenido teléfono móvil en mi vida.  Pero mientras estoy en Tokyo mi hermano me presta el suyo.  Puedo recibir llamadas, pero aún no puedo llamar.  En Tokyo la gente no habla por el móvil en el vagón del tren ni en el autobús.  Está prohibido hablar por el móvil en el transporte público.  Recuerdo que en mi última visita a Tokyo hace 5 años la gente hablaba en el vagón.  Por aquel entonces había un cartel en la pared: Por favor, no molesten a otros pasajeros, apaguen los teléfonos móviles cuando estén en los sitios públicos como en el vagón.  Ante esta situación mi hermano puso una señal con vibraciones.
    Antes de venir hemos hablado sobre “el homenaje a la sombra” de Tanizaki Junichiro, en el que aborda el tema del aseo en la época de principios del siglo XX.  En Tokyo encuentras servicios públicos en todas partes, hasta en las estaciones del metro.  Están suficientemente limpios.  
 
    Respecto a la Ecología, me parece que los japoneses tienen mucho interés en la protección del medio ambiente.  La comodidad que encuentro en Madrid es que la recogida de basuras es diaria, incluidos domingos y festivos.  En Japón los días de recogida dependen de los municipios, pero en ninguna ciudad se recoge todos los días.  En casa de mi hermano había cuatro cubos de basura: el primero es para restos orgánicos, el segundo para las botellas de plástico pet bottle, el tercero para las latas de aluminio y el cuarto para las latas del resto de materiales. No se tira en ellos, por tanto, ni los papeles usados, ni los vidrios, ni los bric pack, que los japoneses desmontan y limpian una vez consumido el contenido (leche o zumo) y sacan posteriormente el día de recogida para el reciclado de papeles.  En las entradas de los supermercados hay unos contenedores de recogida clasificados según materiales: para latas y botellas.
     Pero como todas las cosas, están los dos lados de la moneda.  Un día tiré una lata de cerveza a uno de los cubos de separación.  Y mi hermano me dijo que era incorrecto.  Pero mi sorpresa no fue la advertencia de mi hermano sobre este tema, sino el comportamiento de una anciana que vive en el mismo edificio, que es una inspectora voluntaria de forma que si un vecino saca incorrectamente separadas las basuras, llama a su puerta y le exige corregirlo.  Me parece muy bien para proteger la naturaleza pero, es mi opinión personal, también nos importa nuestra privacidad.  Podría decirse que gracias a personas como la vecina el planeta se mantiene menos deteriorado pero también podría hacerse de otro modo,  con buena información y concienciación por parte de los ciudadanos.
   
   Espero vuestras noticias.

   Un abrazo muy fuerte para los dos.

   Megumi desde Tokyo.
     La última vuelta      Junio de 2005  c2005Puentefuente

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