Lápiz


Miércoles, 17 de septiembre de 1986, Interlaken

Tren Montreux-Interlarken: 28CHF. Diez calendarios en francés: 10CHF. Postales: 1,50CHF. Comida sandwich and café: 8,20CHF. Café con leche: 2,20CHF. Campana de Montreux: 4,50CHF. Sello de fechas: 5,80CHF.

     Hoy tambén he quedado en el comedor con Mari para desayunar a las 7 y media, pero como no me había quitado de todo cansancio del día anterior que no me he podido levantar. Me muero de pereza. Lluvia, dudé si voy o no voy a Montreux, pero decidimos a ir como habíamos planeado el día anterior y hemos empezado al viaje. Nos hemos encontrado en la estación del tren con los compañeros del viaje estival, ellos iban en el tren de la dirección contraria. En el trayecto, hicimos dos transbordos y el tercer tren se llamaba ``El expés panorámico``que se veía los paisajes por las anchas, altas y generosas ventanas instaladas en las paredes del vagón. Había muchos ancianos.

     Hemos venido, ¡volando voy!, a Montreux, hemos llegado, ¡volando vengo!, al lago Lemán. Cuando estabamos paseando por la orilla del lago, encontramos el graffitti de Kieth Hering, al que sacamos unas fotos de recurdo. A medida de contemplar el lago, un momento me apetecí a montar una barca, pero ese día estaba cerrado. Sin embargo, tuve suerte de no montar al barca, porque unos minutos más tarde empezó a llover a cantaros, que no habría podido imaginar en la barca. Hemos encontrado una papelería bastante grande. A Mari y a mí nos gustan mucho materiales escolares: tijeras, papeles, lápices, goma de borrar, bolígrafos, sacapuntas, loturador, reglas, sobres, lápices de colores, carpetas, cuadernos, post-it, cartulinas, papel de seda, pincel, grapadora, etc. He encontrado un calendario pequeño para colgar en versión francesa y compré 10 para suvenir para mis amigos. Mientras estabamos en la papelería llovía que llovía, por lo que entramos a la cafetería que estaba al lado y escribí dos cartas. La cafetería era un ambiente agradable y estaba a gusto. Mari compró un sello de fechas versión española y volví a la papelería lo compré versión francesa. He comprado sellos en un estanco. La dueña hablaba español y muy amable con nosotras. Me emocionaba que nos dijera que hubiera querído que vieramos un Montereux más bonito con sol. A mí me encanta encontrarme con gente, como ella, que ofrece o recomienda lo más bonito de su ciudad a una viajera de paso como nosotras. Y eché las cartas al buzón, y después volvimos en tren al Berna para visitar al museo de Arte de Berna.
 
Escrito el 2 de marzo de 2012.

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